Army of Two: El Cártel del Diablo

Los videojuegos son parte de nuestra cultura, no necesariamente porque habemos quienes los consideramos expresiones artísticas, sino también porque corresponden a un bagaje cultural por parte de sus creadores. Por lo mismo, hay veces que nos quedamos con ganas de ahondar más en esas ricas experiencias culturales que, aunque ignorantes en ocasiones y con abuso de estereotipos en otras, resultan tan genuinas. Este texto se trata eso, de encontrar lo que une a nuestra pasión (sea como desarrolladores o jugadores) con el resto del mundo.

Empezaremos esto con un título (desgraciadamente) muy cercano a nosotros: Army of Two: The Devil’s Cartel -célebre por pintar a México como un lugar donde todos los criminales pertenecen a pandillas cholas y por reventar autos en pseudo pueblos bicicleteros- que por ser un título sobresaliente aprovecharemos para comentar y exponer en este espacio porque que es nuestra cultura la cual dice retratar.

Si aún no conocen este juego les diré de qué va en unas cuanta líneas: La organización TWO, vuelta célebre por Salem y Ríos, se encarga de proteger al político mexicano Córdova quien dice estar en la mira de los narcos. Esto nos va a dar pretexto para que sus discípulos Alpha y Bravo se encarguen de enfrentar al cártel de La Guadaña en un acción cooperativa tupida de tiros enmascarados en un lugar que dicen que es México y de hecho se parece mucho. La diferencia es que vamos a ver a muchos más cholos clonados y uniformados de los que veríamos en las calles.

A mucha gente no le gusta ver a México retratado como un pueblo de bandidos, pero esta imagen es casi tan vieja como el cine mismo. Todo gracias a Pancho Villa, quien ya en 1914 firmó un acuerdo de 25 mil dólares con la Mutual Film Corporation para retratar en el naciente cine de Hollywood sus campañas, batallas y hasta su biografía (La Vida del General Villa), estelarizada por Raoul Walsh y dirigida por D.W. Griffith. En estas cintas aparecían los pequeños poblados fronterizos, las cabalgatas en los desiertos del norte y hasta algunas ejecuciones reales de revolucionarios escenificadas con la primera luz de la mañana; para muchos estadounidenses estos filmes fueron sus primeros contactos con México, por lo que la imagen permanece en su inconsciente colectivo y la violencia que el juego exhibe es heredera de todas estas obras.

Army of Two: The Devil’s Cartel, además, hereda toda la tendencia neowestern que mostró a México como escenario de películas de pistoleros en los 90. El exponente principal de esta corriente fílmica ha sido Robert Rodriguez, quien ha explotado el tema como el eje central de su producción cinematográfica, por lo que las referencias abundan en su cine. ¿Autos que explotan? ¿Pandilleros con lanzacohetes? ¿Balaceras en polvorientas plazas públicas? Si no piensas en la trilogía de El Mariachi es que nunca has visto alguna de estas cintas. La primera, filmada en dos semanas y con sólo 7 mil dólares, resultó ser una comedia negra de balaceras sobre un mariachi que se mete por accidente con la mexican mafia. Sin duda una cinta digna de ver si no le temes a las obras maestras del cine B.

Posteriormente, aprovechando el increíble éxito de la cinta, Rodriguez nos trajo este concepto con 200% más pólvora en Desperado y Once Upon a Time In Mexico, en las cuales incendia las calles del país con la presencia en pantalla de Antonio Banderas, Johnny Depp, Salma Hayek y Danny Trejo, este último -mítico extra de acción mexicano- cobró merecida notoriedad como un cabrón de armas tomar en Machete, la ridiculización máxima del género y cinta a la cual The Devil’s Cartel hace un homenaje con el personaje de El Diablo.

Pero ninguna de estas cintas exhibe la acción cooperativa del juego como lo logra, sin querer, Siete en la Mira. Mario Almada, el player 1, y Fernando Almada, el player 2, llegan como TWO a proteger a un pueblo indefenso. Pero mientras EA y Visceral retrataron la noción de que México está atestado de cholos, esta joya del cine mexicano ochentero de bajo presupuesto (entendiendo que los tres conceptos son casi pleonasmos) presenta como amenaza a las pandillas de motociclistas, aún cuando las haya retratado como gente merecedora a reemplazar al vocalista de Moderatto. Los tiros y la testosterona de la dinastía mayor en el cine de acción nacional no tienen desperdicio para los fans de los tiros y hasta es más disfrutable que el juego en sí.

Tiros sonoros

Me resulta una pena que el juego contenga guitarras españolas como banda sonora. ¿Quién demonios en México escucha guitarra española aunque sea en los pueblos? Esta pésima idea de que México y España son lo mismo le quitó enjundia a una banda sonora que requería una mejor idea. Realmente es hora de que quienes intenten crear juegos fundamentados en América Latina se den cuenta de que nuestras culturas son únicas y no necesariamente se funden en una miserable plasta genérica que ni es española, porque nadie en el mundo cumple ese patrón. De propuesta tenemos los corridos (y no necesariamente los de buchones como El Komander o afines) inspirados más en la ostentación del Gangsta Rap que en los acontecimientos del pueblo. Artistas de la vieja escuela siguen cantando las aventuras y desventuras de justicieros y bandidos con alta calidad, por lo cual vale la pena preguntarse por qué acudieron al cliché. Vamos, cualquier cosa es mejor que B.o.B. y Big Boi. Sobre todo esta expresión popular que queda mejor que el soundtrack original. Así que EA, mejor material sí había.

Paraíso recuperado

El juego pinta al país como una tierra en donde a cada cuadra corremos el riesgo de que una banda se agarre a metrallazos con la policía o algo explote. Entiendo que hay sitios así y que, finalmente, de eso se trata el juego. Sin embargo, tenemos escenarios que vale muchísimo la pena rescatar pese a la violencia fuera del juego. ¿Han viajado por el país? Si ya terminaste el juego, seguramente identificarás algunos sitios, pues los diseñadores respetaron muchas cosas valiosas -desde la arquitectura tradicional de casas y comercios hasta el estilo gráfico de los anuncios- tan hermosos lugares vale la pena recorrerlos en persona y en paz.

Hay dos lugares que deben visitar, en primera los pueblos de la Sierra Gorda de Querétaro (cuya principal localidad es el poblado de Jalpan de Serra). Calles estrechas, arquitectura colonial, naturaleza invaluable y, sobre todo, un lugar bonito y tranquilo apto para descansar y recorrer. Seguramente al caminar en sus principales calles podrás descubrir cómo sería ese México violento que tanto pintan pero sin tantos balazos.

El día de muertos también está presente y el nivel alusivo en el juego está basado en dos referencias principales, tanto la del pueblo de San Andrés Mixquic, en Tláhuac, como la de Pátzcuaro, Michoacán. En estas dos localidades, cementerios ya antiguos se visten de luces durante la noche del 1 y 2 de noviembre, con ofrendas espectaculares colocadas en homenaje a los difuntos y que merecen ser visitadas como un auténtica muestra de respeto a una cultura que pretende ser honrada, pero no se retrata de la manera correcta en un juego limitado.

Esto, amigos, es lo que a mí me deja para pensar y conocer el título. Por tanto, imagino más y mejores ofertas que pueden darnos también muchas sorpresas como referencia. El mundo está dentro de nuestros juegos y viceversa, así que hay mucho camino por recorrer.

Eso, por supuesto, hasta que nos volvamos a leer.